lunes, septiembre 19, 2022

Proyecto Brea 3: Despellejarse la piel del amo. Vanesa Guerra. Beca Creación 2021. Fondo Nacional de las Artes. Argentina

En esta entrega: El silencio y la sombra ✔ Notas errantes sobre la depresión ✔✔ La angustia como pasaje salvífico


Ningyo

Reseña:
Ideas para diluir la brea viscosa que ungió a nuestrxs cuerpxs
Despellejarse la piel del Amo será escribir y pensar con otrxs para tratar el problema.
La urgencia:
La lengua del amo se vuelve sobre el yo y lo violenta. Inocula formatos disciplinados, vivencias en tiempo lineal que narcotizan la historia para ungir nuestrxs cuerpxs asfixiando la lengua con la que respiran.
Existir con tanto ahogo no tiene caso. Habrá que probar la potencia de la lengua tajeando el látex que nos recubre.

#LETRAS #NOFICCION
PATOLOGIASNEOLIBERALES #LENGUASMORIBUNDAS #RESERVORIOSREVOLUCIONARIOS


Comentario preliminar
Estas notas buscan agitar al cuerpx poéticx en el que ensamblan a modo de dialogo e interpelación fragmentos de los libros Walser, traductor del limbo (Bajo La Luna, 2017); La sombra del animal (Bajo La Luna 2008); La lengua del desierto (Buena Vista Editora, 2020) ¿Dónde tienen la boca estos peluditos? Inédito. Estas transtextualidades e intertextualidades están al servicio de revisar la depresión social de la época y su posibilidad angostísima de moverse hacia otra materia para arribar a la angustia como zona de pasaje y acaso como laboratorio para un devenir a una lengua poética, es decir entregarse a una experiencia de lenguaje que nos restituya la voz no mercante, a cada quien, entre cada quien, en este mundo y con esta tierra.

TERCERA PARTE

El silencio y la sombra

Cuando Jun'ichirō Tanizaki escribió El elogio de la sombra (1933) su tristeza bebía de lo irreparable, ¡qué impontencia! Esa letanía - sedienta de opacidad- estaba hecha de una luz de neón inoculada desde la primera guerra que amenazaría a su cultura durante muchos años. 
Con el tiempo Japón se volvió hiperreal (categoría que tomo prestada de Baudrillard en Cultura y Simulacro) lo que equivale a decir que se occidentalizó tanto que superó a occidente y ahora basta con mirar algún animé o darse a la fluidez de un mangá para descubrir que allí está preñándose le hije de nuestrxs hijes e incluso nosotrxs con nuestros sueños más tardíos que lejanos, por eso, pareciera que ahora Japón se asemeja a una luna invisible de un planeta lejano narrada no tanto por Bradbury, como las que omitió y no plasmó Kobo Abe cuando escribió La mujer de las dunas (砂の女, Suna no onna). 
¿Cuántas veces leemos el cielo abierto en esa novela? o ¿cuántas veces lo vemos relumbrar en plateados sin nitrato en la película homónima de Hiroshi Teshigara?

La arena tanto en la novela de 1962 como en la película de 1964 no es la arena del desierto, no es la arena de una voz antigua e indatable, ni el grano de la voz en la palabra. La arena allí marca otra cosa; es lo que hoy podríamos llamar el patriarcado, o la viscosidad de los héroes compuestos en la moral, la norma, el capitalismo, la no sorpresa: zona donde nada tiene su buena grieta, su rajadura, su luz mortecina, su afán de impronunciabilidad.

¿Cuál era el dolor de tanta luz cegadora? Acaso el futuro inmediato, reflectores encendidos recalentando los recovecos del misterio, adquirir lo espiritual con mercancía, perder el lazo a lo divino o si quiere ciertas intervenciones que se harían sobre el lenguaje a fin de que todo quedara de alguna manera bajo control. Como ejemplo: En Japón los kanjis se usan para escribir la raíz de las palabras, las palabras compuestas y los nombres propios japoneses. Hasta poco después de la Segunda Guerra Mundial se empleaban unos 7000 kanjis distintos. En 1946 el gobierno japonés a fin de simplificar la escritura, publicó una lista llamada Toyo Kanji que comprendía los 1850 caracteres autorizados a aparecer en libros, periódicos, y aptos para ser enseñados en las escuelas. En esa reducción/ selección/ eliminación de kanjis muchas familias perdieron su posibilidad de escribir legalmente su nombre.[1]/[2]



Ahora mismo recuerdo a mi maestra de lengua japonesa, Sensei Tobata San; su nombre, Aiko, trae reminiscencias de un corazón arrobado. Tobata San era para todxs una maestra perfecta, había sido sensei de niñxs en Tokio, y tenía muy claro cómo era para un adultx como nxs entrar en una lengua lejana e imposible. Ella fue nuestra adorada durante varios años en la UBA, hasta que finalmente un programa de estudios quedó desfinanciado, perdiendo su agalma, e impidiéndole renovar el contrato. Entonces, con cierta dificultad la buscamos por fuera de los claustros y dimos con ella, y aprendimos a cocinar comida japonesa, a manejar con cierta destreza los palitos y a recibir a sus amigxs, que dejaban Tokio con alegría expectante para vivir en Buenos Aires, bailar tango, y darse a cierta curiosidad de fines de semana - allá trabaja sin domingo, la escuela, nadar siempre torneo -explican, ríen, y a falta de un punto y aparte se brinda una y otra vez con vino tinto en la derecha y empanada en la izquierda; así celebrábamos las opacidades en la lengua amiga y probábamos nuestro nihongo 日本語 precario, que aún no prendía (ni prendería como gajos de crisantemos) pero que sabía restellar en lo espontáneo de olvidos, fallidos, composiciones gramaticalmente anómalas, pero maravillosas y libres.



Una tarde de trabajo con Kanjis, Sensei mencionó, acaso con una pena heredada, el dolor de algunos familiares de familiares que habían perdido su nombre en aquel tiempo, posiblemente tíxs abuelxs, tíxs de primxs, o hermanxs mayores de aquellxs. No dijo mucho más, pero recuerdo que el silencio que se abrió paso al terminar la frase parecía una congoja.



Le dije a mi alma: quédate inmóvil y deja que la oscuridad te encuentre que será la oscuridad de Dixs.[3]



Las alas bajo un sol negro

-notas errantes sobre la depresión




Lo blando ofrece sonidos pequeños, morosos, fruiciones involuntarias; no es barro lo que pisamos; no lo vamos a decir, ni a nombrar, ni a pensar, hay cosas que no volveremos a pensar, ni a decir, ni a nombrar, nuestra poca fuerza reside en eso, en un falso no saber, en un falso no querer saber, en la práctica de un olvido inmediato, en ignorarnos.

Y yo le perseguiré para que huya de sí mismo hasta el fin del mundo

Nxs doblamos de nauseas, nada sirve de refugio, han revisado cada hueco, no estamos vivxs, somos presas aún no cautivxs bajo sombras aladas que pronto sabrán que nxs movemos sin estrategia.

When me they fly, I am the wings

La oscuridad toma la memoria, el mapa del tiempo es un laberinto. Se escucha gemir un nombre, mientras rompe un grito que no parece humano. Tu amor nxs hace vulnerables.

No voy a reconocer tu voz, no voy a recordar el llamado de la vida.[4]




Brea viscosa ha ungido nuestrxs cuerpxs

-despellejarse la piel del Amo



¿Qué es estar el mundo?

El mundo es pensar que aún estamos en este siglo.[5]



¡Huid hermanxs!

¿Adónde vamos a huir más allá de este desierto? Él ponía el dedo sobre su boca y decía: “Huid de esto”; después entrando en su propia celda, cerraba la puerta y se sentaba.[6]



Sólo tienes que dejar que ese delicado animal que es tu cuerpo ame lo que ama.[7]



La lengua va devastando su experiencia poética, diluye su modo real para hacer frente y resistir a los lenguajes neoliberales que generan estados zombies, capturas en zonas fuera de lengua, estados de depresión habilitados y legitimados por un mercado de psicofármacos que avanza en una aceleración colosal. Esa inmersión en la lengua del código de barra, obligada desde las metástasis burócratas, las tecnocracias o los neopanópticos, afecta nuestras corporalidades destituyendo diferencias y rugosidades como una película viscosa que, adhiriéndose, cubriera y sellara todos los intersticios por donde la lengua-cuerpx respira y fuga. Vive.

Despellejarse esa piel será tarea de las políticas de lenguaje.

El problema no es la falta en ser -siempre donante, sino la negación absoluta de lo Real, tan atendida por el Realismo Capitalista (tomo el concepto en la huella de Mark Fisher y entiendo lo Real en la zona que dispone Jacques Lacan). La crisis representacional del sujeto, la devastación de las subjetividades, la cancelación del futuro, bien podrían ser el efecto de un lenguaje fosilizado que opera -lo remarco- como código de barra, como lengua de eslogan, metódica que sabemos reconocer en todos regímenes totalitarios, neoliberales, capitalismos tardíos... Este modo de la neolengua desestima la operación poética como experiencia de lenguaje en tanto ignora la otredad de su savia o sea su extranjería fundante. Una lengua que no se experimenta en la otredad, en sus ombligos y fugas, no sólo es políticamente un arma para inocular la depresión social en escala global, sino que además, mutila al sujeto en su potencia y en la posibilidad de realizar una experiencia trascendental/espiritual o aun una experiencia de angustia como zona de quebranto, pasaje o ruptura en la posición subjetiva; esa forma de la captura nos empuja a un fuera de lengua en el sentido nietzscheano: ha llegado un tiempo en que no hay más tiempo, resultado yermo de esa felicidad inventada por lxs últimxs hombres, esxs que se complacen con el mérito de llenar un siempre barril sin fondo. Ese es el lenguaje a destituir, habrá que buscar una estrategia para trascender la falsa lengua, para quitarle lxs cuerpxs, despellejarle esa brea impermeable que funciona como Captura y en cuya obsolescencia programada se ha activado -desde el vamos- una cuenta regresiva contra nuestro planeta/cuerpx ya enfermo.

La depresión no ha entendido nada de la ausencia. Su lengua es tosca, informativa, nxs toma de barril y nxs llena hasta el sin fondo. Esa completud inigualable no habilita la memoria, no hay operatoria que resista para hacer trabajar la historia, olvidarla, reevaluarla, fallarla, narrarla, borrarla, borrarnxs, reaparecer, sufrirla, volverla a lanzar. La información es un presente inmediato, una zona espasmódica y como un revés del éxtasis en donde el tiempo del yo se diluye y se entrega, este presente que hoy nos configura es del orden de un tiempo traumático en el sentido de lo que no se puede reelaborar: toma como rehenes nuestrxs cuerpxs, e inocula al Yo una felicidad obscena nacida del fondo de la meritocracia. 
La época nxs trabaja como si fuera un instante catastrófico. Ha desaparecido la espera, y la perspectiva de una duración parece eliminada. 
Lxs cuerpos precipitadxs en lo inmediato ya no pueden aprehenderse en una duración, y todo movimiento de reanudación que engendrara un efecto de subjetivación parece condenado al fracaso[8].

Es este un tiempo inhabitable, su intemperie hace del mundo La Corporación del No-Lugar. Esa emoción amordazada del estar/ser blindadxs, en una narcosis del deseo nos excluye de nosotrxs mismxs y como una aplanadora consigue una depresión llana que plagia al desierto no tanto en su vacuidad, como en su desertez y en su principio desangelado lo replica -no en lo Real del organismo vital e indómito que da noches que le florecen en primavera o en madrugadas que le irrumpen nevadas, como en esa hiperrealidad de absoluta hemorragia y de perpetuo negacionismo.

En esta tierra de exilio, el tiempo viral se acelera y tapa, sella, invisibiliza todos los intersticios por donde lo Real acercaría su siempre lejana orilla.

Así ungidxs en brea, habrá que largar la piel, dejarla secar bajo el sol lascivo y reptar sobre las dunas y piedras hasta que el Atacama Andino nos reintegre y florezca.


Notas


[1] Albert Torres I Graell Kanji 1995. La escritura japonesa. 2da edición -Ed. Hiperión


[2] Los tōyō kanji (当用漢字) son una lista de los 1850 caracteres kanji considerados de uso general y propuesta por el gobierno japonés en 1946. Esta lista fue sustituida en 1981 por la de jōyō kanji, que tiene 1945 caracteres. Posteriormente, en 2010 se retiraron 5 de ellos y se añadieron 196 para configurar la lista actual de 2136 kanji de uso común. (Wikipedia. Ultima actualización en abril 2020)


[3] T.S.Elliot. Four Quartets. East Coker, III

Enlace con San Juan de la Cruz en: https://sophiaveda.wordpress.com/2013/06/26/t-s-eliot-y-juan-de-la-cruz-para-venir-a-serlo-todo/


[4] En orden de aparición, las citas en itálica corresponden a Thomas Mann en Las tablas de la Ley y Emerson Ralph W. en Bhrama.


[5] Abba Macario. Siglo IV. Desierto de Escete. Apotegmas de los padres del desierto. Ichtys. Lumen 1979


[6] (Alf, Macario) Apotegmas de los padres de Desierto. Versión de Martí Avila i Serra. Olañeta Editor. 2003


[7] Mary Oliver- Gansos Salvajes. Trabajo de ensueño. 1986, en traducción de Sara Torres


[8] Sylvie Le Poulichet, 1995. La obra el tiempo en psicoanálisis. Amorrortu editores




Elogio de la Sombra PDF  >>>> Junichiro_Tanizaki.pdf

Sobre  Ningyo >>> Demonios Japoneses



Ver la mujer de arena 👆

FIN DE LA TERCERA PARTE

PRIMERA PARTE  : Bailad!
LA LENGUA ES UN SABER HACER CON LO AUSENTE EN UN MUNDO DONDE TODO SOBRA.

EL DESIERTO : ENSAMBLE: LISPECTOR <> JABÉS <> VON BINGEN <> AGAMBEN

CUARTA PARTE : EL ESPIRITU GUERRERO IRA ENCENDIDO EN ANGUSTIAS. SU CORAZON NO ES INFELIZ

QUINTA PARTE >< QUINTA PARTE 
Pensar con otrxs: Trama abierta. Ensamble Martín Glozman >< Vanesa Guerra





<3 dr. elephant

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